En 2007, bajo la presidencia de Rafael Correa, el gobierno ecuatoriano hizo una propuesta innovadora a la comunidad internacional. El Estado ecuatoriano estaba dispuesto a imponer una prohibición permanente de las perforaciones petrolíferas en el Parque Nacional Yasuní. La iniciativa Yasuní-ITT (Ischpingo-Tiputini-Tambococha) no sólo promovería la conservación en una de las regiones más biodiversas de la Tierra, sino que dejaría bajo tierra 856 millones de barriles de petróleo, evitando la liberación a la atmósfera de unos 407 millones de toneladas métricas de CO2. Todo ello a cambio de 3.600 millones de dólares (la mitad del valor de las reservas de petróleo) procedentes de contribuciones públicas y privadas de la comunidad internacional. Sin embargo, tras seis años de campaña y publicidad, el gobierno puso fin a la iniciativa por insuficiencia de resultados financieros.
La Iniciativa Yasuní-ITT desencadenó un debate nacional políticamente feroz sobre el futuro productivo al borde de una catástrofe económica postextractivista y una controversia mundial. Aunque finalmente la iniciativa no prosperó, con su propuesta Ecuador abrió un debate permanente sobre conceptos como “desarrollo”, “crecimiento”, “progreso” y “éxito”. “No sólo son términos significativos para describir y analizar las sociedades en las que vivimos; también forman parte de poderosos discursos que rigen nuestras formas de vida, individual y colectiva, local y global. Todos tenemos nociones de cómo es una sociedad próspera, pero al mismo tiempo no existen cualidades o normas concretas que puedan hacer que nuestros planteamientos sean menos vagos.
Este proyecto se centra en el (neo)extractivismo, un conjunto de políticas y prácticas destinadas a fomentar la explotación (a menudo a cualquier precio) de los recursos naturales disponibles. Consideraré las implicaciones económicas, sociales, políticas, medioambientales y culturales de las condiciones de los países en los que las prácticas extractivistas representan una gran parte de la renta nacional.
El objetivo de este proyecto no es describir el camino correcto hacia el éxito, sino más bien deconstruir la noción misma de sucesión. Cuestionando el papel y el significado de los conceptos mencionados, pretendo desvelar los discursos dominantes sobre cómo las sociedades creen que deben actuar para alcanzar un determinado estatus. ¿Cómo construye una sociedad su comprensión del éxito y el desarrollo? ¿Cómo se reproduce esta concepción? ¿Cómo influye en otros aspectos de la vida social?
Para abordar estas cuestiones, este proyecto combina las teorías del desarrollo, el extractivismo y el análisis del discurso. Además, también consideraré las prácticas sociales y técnicas. Para comprender el alcance de estos discursos y sus implicaciones, es crucial examinar las prácticas reales de extracción de petróleo, su impacto en el medio ambiente y la sociedad, y el papel de la política y la economía. Sólo mediante una comprensión crítica de los aspectos prácticos técnicos, políticos y económicos es posible realizar un análisis razonable de los resultados y mecanismos sociales.
En última instancia, este proyecto pretende profundizar en la construcción y reproducción de tales discursos, teniendo en cuenta desarrollos más recientes como la Iniciativa Yasuní-ITT. Sin embargo, también considerará la historia ambiental, económica y política de Ecuador y sus implicaciones, permitiéndonos así evaluar el caso ecuatoriano dentro de un marco de comparación regional e internacional.